Hola Braulio, vamos con los toros.
¿Es maltrato animal? Pues el animalito no lo pasa nada bien.
¿Siente? Está claro que sí, tiene su alma animal, sensación y movimiento.
Ahora bien, el toro de lidia lleva toda su existencia disfrutando de una plácida vida, en esos campos verdes de Hornachuelos o Ubrique, comiendo todo lo que quiere, montando a las vacas, retozando en la hierba....no es mala vida, no caza, no se preocupa por su supervivencia, no está sometido a la ley natural de selección del más apto....una vida plácida orientada a un final trágico. ¿Nuestra vida no es más tragedia? Tenemos que esforzarnos en el trabajo, soportar a los hijos (y muchos al cónyuge), sufrir con la pérdida de nuestros seres queridos o cuando nos diagnostican una enfermedad, pagar impuestos confirmatorios...nuestra existencia es lucha, adaptación, padecimiento, y finalmente no nos escapamos de la tragedia de la muerte y lo peor como dice Bloch es que lo sabemos y como señalaba Sócrates hemos de prepararnos para el momento letal, si vis vitam para mortem...
¿Cambiarías tu vida por la de del toro? Es para pensárselo, aunque decir que sí es un sofisma tal y como lo he planteado, está claro.
La fiesta taurina es del gusto de un gran número de personas, una tradición, el medio de vida de mucha gente, no sólo de toreros, apoderados o ganaderos, piensa en los pobres que componen la cuadrilla, los picadores, los monosabios...y los pequeños empresarios dueños de bares y negocios alrededor de las plazas españolas o quienes trabajan en los campos pertenecientes a las ganaderías. ¿No cuenta esta gente? ¿Priorizas a un animal que ha vivido en el placer y que sólo ha de soportar un momento de dolor a todas las personas que viven en el dolor y hallan en los toros ese instante de placer que además supone el medio de vida o contribuye a él?
Lo que han hecho en Barcelona, ha "jodido" a cientos de pequeños bares y comercios próximos a la Monumental, que un día de corrida venden más que en todo un mes corriente, pero claro como no hay crisis, a los compasivos con los animales dirigentes políticos se la bufa la gamba, ellos comen igual haciendo el canelo en las instituciones democráticas, más bien demagógicas.
Si en Valencia o Sevilla, o la Cádiz de divi, ocurriera esto, se los comen, ya que la tradición taurina y la dependencia de bastante gente es mucho mayor.
Total, ahí nos abordan esas femen teñidas de rojo y nos llaman asesinos cuando entramos o salimos de la plaza,- una vez una incluso se me abalanzó, lo que no me importó demasiado pues la joven iba medio en pelotas y estaba muy sana-, y en cambio no tienen ningún prejuicio moral en deshacerse de un feto humano que engendran en su vientre, ¡qué contradicción¡, aborto sí y toros no.
Y no olvidemos la estética del toreo, es todo un arte con su amplísimo campo semántico.
En Portugal no los matan, pero no creo que en nuestra patria los muy taurinos admitiesen esa solución intermedia, pues la suerte de matar decide el premio o el castigo del torero. He de reconocer que ese momento no me agrada, y menos cuando descabellan al toro.
De todas formas "donde hay una buena corrida que se quite el fútbol...y los toros".
Saludos.

Sólo he ido a la plaza una vez en mi vida, era una novillada. Me impacto el ambiente, los colores, la tierra, la sangre, los comentarios de la gente, el silencio, los gritos, la música, todo esto inspiró mi primer trabajo de filosofía, en concreto el de antropología social I, pero llegó el momento y hasta 13 veces trataron de matar al novillo y se desató en mí algo atávico que tiene que ver con la agresividad o qué se yo que me dejó eléctrica toda la tarde, algo del cazador-recolector que debo tener dentro, en fin, no he vuelto más y aunque atlética hasta las trancas, totalmente de acuerdo, con tu elección final Germán . Pd Casualmente hoy en mi trayecto al trabajo Sócrates en el Georgias citaba a Eurípides "¿Quién sabe si vivir es morir y morir es vivir?"

De acuerdo en todo, Cris. A mí ver como matan al toro me horroriza; un día lo expresé así en la plaza, mi amiga que siempre me facilita los pases se cabreó conmigo.

El otro día, en la batalla de las flores que se celebra en la Alameda de Valencia, estaba ausente la bandera española; dijo Ribó, el alcalde de Compromís, que es que se trataba de valencianizar la fiesta. Empezamos a crear un problema que en Valencia no existe, están ya sembrando ese odiosos independentismo que hará que un andaluz y un gallego o valenciano pertenezcan a diferentes estados a este paso que vamos. Lamentable...

Hola:

Las tradiciones, de alguna manera, nos inmunizan de estas sutilezas porque naturalizan el contenidos de estas tradiciones y ahogan el punto de vista crítico sobre ellas. No es lo mismo estar yendo a los toros desde niño que ir por primera vez cuando una es ya adolescente o mayor: seguramente éstos últimos no vean el simbolismo que "tapa" la violencia que se realiza sobre el animal.

Porque lo que se defiende y se ataca con los toros es su "fin", esto no hay que perderlo de vista. Que la violencia se haga sin un fin, "por nada" o "gratuitamente" es lo que se vuelve intolerable. O más aún, que se haga por un "fin" privado, sin ningún interés público, como sería la "industria" del toreo.

Este este sentido industrial lo que está acabando y acabará con los toros. Igual que esa semana santa que retratas, en manos del turismo. Para nuestros abuelos esta industrialización no existía y por ello, hay lago falso incluso en llamar tradición a los toros o a la semana santa. Yo vengo de familia taurina. Un tío abuelo mío aparece en el Cossio como matador de Toros: estoy seguro que si naceriar ahora no se haría taurino porque la tauromaquía ya no es lo que era antes.

Lo que trataba de decir en los mensajes anteriores es que los cambios de conciencia obedecen a estos cambios reales de ciertas prácticas sociales. Les ocurre una cosa que Hegel llamaba "positiviación", queriendo decir que han perdido su causa o base originaria y sólo se sustenta en una inercia abstracta del pasado ( y lo que se ha positivado, decía Hegel, en realidad ya está muerto porque ha perdido la raíz viva que lo hizo nacer).

Un saludo.

Con Hegel, divi, no puedo no estar de acuerdo, pero pienso que la tauromaquia tiene aún muchos adeptos, encontrar una entrada para los toros en fallas o la feria de abril es prácticamente una quimera salvo que seas un abonado, tengas enchufes o vayas a reventa. No ha desaparecido la tradición taurina, como tampoco la devoción popular que se manifiesta en la semana santa. Lo que ocurre es que hay quienes intentar que ocurra una ruptura axiológica, y lo que antes era lícito se convierta en un delito de maltrato, y lo que era ilícito ahora se enaltezca, y ni una cosa ni otra. Yo soy taurino, pero puedo pasar sin toros, si me privan de ellos sobrevivo, pero ¿por qué han de privarme de algo que me gusta y que es una tradición, ya que ha existido un fondo de consenso que la legitima? ¿por qué me privan de lo que me gusta y me intentan hacer comulgar con lo que no me gusta, como las carrozas arco iris del orgullo gay llenas de osos y travestis? Si yo admito lo segundo, a pesar de que no me agrada, vamos a decirlo, estéticamente, que respeten lo que sí me complace y que se considera cultura y tradición. Lo contrario es coartar mi libertad, privarme de mis valores, e imponerme otros que no son los míos. No lo puedo tolerar, está claro.
Bajo la apariencia de respeto la ultra izquierda española no respeta más que lo suyo, no es dialógica, son peores que Franco.
Saludos.