Abel
Este profesor explicaba, magistralmente, como estos dos autores sostenían que en el fondo de todas las cosas no hay nada, que no existe un principio ordenador, llámese Dios, Big Bang, Cosmos o Naturaleza. Al principio y al final lo único que encontramos, es nada, carencia de sentido. Que la existencia como tal se sostiene sobre el vacío, que en su profundidad no hay más que vacío y lo llenamos con invenciones artísticas, con conceptos de paja como Dios o con muchas ecuaciones.
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La nada no tiene un sentido material, nos movemos de hecho en un sentido materialista de la realidad, sino que nada hay como principio ordenatorio, llámalo éter, monadas, Cosmos, Dios, diseño inteligente, Big Bang, o lo que quieras.
El planteamiento no es idealista por no poner en entredicho esa realidad común sino lo que la mantiene, el sustrato que aguanta todo nuestro castillo de conocimiento sobre ella. Si vas tirando al final lo que encuentras son dogmas en forma de lógica, leyes o teología. Desde un punto de vista formal, teología y ciencia operan de forma equivalente.
Al principio y al final lo único que encontramos, es nada, carencia de sentido. Que la existencia como tal se sostiene sobre el vacío
La nada ni existió al principio, ni existirá al final.
La nada es un concepto absolutamente especulativo, pues solo conocemos el no vacío y no hay nada que indique que pudo existir o existirá en algún momento o lugar. Este concepto cogió fuerza de la mano de la teoría del Bing Bang, de un universo naciendo de la nada o renaciendo continuamente de antiguos universos, o de la existencia de multiversos simultáneos. Todo esto conjugado con los valores tan altamente específicos de las leyes naturales para que se formara este universo, hace que se le asigne un valor estadístico de alta improbabilidad a la existencia de este universo y que se cuestione por que existe en vez de una supuesta nada mucho más probable.
Exactamente: la física y las matemáticas estadísticas dicen. La física y la matemática estadística describen este universo y se crean en este universo. Fuera de este universo no tiene ninguna validez, por tanto no sirven para fundamentar la posible existencia de una nada previa al nacimiento de este universo. Por ahora solo podemos hablar de esos primeros momentos del Bing Bang, antes del tiempo de Planck ninguna ley física es válida, solo podemos especular alegremente. Por tanto solo podemos hablar del tiempo de Planck en adelante y solo podemos hablar de lo que existe, pues no tenemos ninguna experiencia ni dato sobre la nada.
Para un momento inicial del universo, en el que no rigen las leyes naturales que conocemos, el hecho de que surgiera un universo tan específico como el nuestro, en vez de ser un suceso altamente improbable, podría ser una necesidad imperiosa y única posibilidad, pues las leyes de la probabilidad que conocemos no rigen en ese momento inicial. En ese momento inicial fuera de las leyes de nuestro universo, cualquier especulación que se nos ocurra tiene las mismas posibilidades. Conocemos que el universo existe, y no tenemos ningún dato sobre la existencia pasada o futura de la nada, para hablar de la nada hay primero que demostrar que existió o existirá en algún momento, por lo pronto solo es un ejercicio especulativo gratificante intelectualmente pero poco más.
Abel
La nada no tiene un sentido material, nos movemos de hecho en un sentido materialista de la realidad, sino que nada hay como principio ordenatorio
Como declaración previa diré que no creo en ningún dios creador, ente, plan o diseño. Me guio por los hechos que se pueden ver en el universo.
Y hay un hecho persistente en el universo desde hace 13.700 millones de años, y es que en todo ese tiempo el universo ha aumentado sistemáticamente su complejidad, y que las cuatro interacciones fundamentales, nuclear débil, nuclear fuerte, electromagnética y gravedad, así como la infinidad de leyes que de ellas se deducen aumentan sistemáticamente la complejidad del universo según avanza el tiempo. La máxima complejidad que conocemos actualmente es el cerebro del ser vivo inteligente humano, un centímetro cubico tiene tantas conexiones como estrellas nuestra galaxia. Parece un principio ordenatorio bastante potente, aumento continuo de la complejidad según avanza el tiempo, fundamentado en las interacciones fundamentales y las leyes naturales que de ellas se deducen. Y con una curiosa complejidad surgida en los últimos microsegundos universales, las sociedades de seres vivos inteligentes, que pueden multiplicar exponencialmente su complejidad según avance el tiempo, que es de la escasísima materia del universo que puede prever el futuro y se comporta según dicha previsión, y que además en unos escasos once mil años (nada ante trece mil millones de años) ha modificado a todo un planeta.