Hola, voy a abrir este Categoría de la filosofía presocrática haciendo un elogio a Pitágoras (Filolao) y a Parménides. Hace unos días, leyendo un manual de historia de la ciencia, su autor ridiculizaba las tesis de estos filósofos comparándolas con las ciencias modernas. Es una pena que la historia de la ciencia esté dominado por positivistas que no tiene idea de cuál es la naturaleza de la ciencia.
A Pitágoras lo ha envuelto siempre un halo misterio por dos motivos: en primer lugar porque conocemos su doctrina a través de discípulos y fuentes indirectas (sobre todo de Filolao) muchas de ellas con divergencias de interpretación. La segunda, más fundamental y en parte causante de la primera, porque la reducción de la realidad a números condujo esta filosofía hacia el simbolismo que contraria a la filosofía. En efecto, si nos remontamos a sus orígenes, la filosofía y pensar "conceptualmente" las cosas son una y la misma cosa (por ejemplo, frente al mito que explica lo mismo bajo el lenguaje de la representación).
Hoy día se ha reconstruido el primer pitagorismo con mucha fidelidad por la autoridad de Aristóteles y Sexto Empírico (sin perder de vista a Platón, cuyas "doctrinas no escritas" son la mejor recepción de la filosofía pitagórica que tenemos).
De Parménides qué decir: toda su filosofía tenemos que "re-construirla" en torno a su Poema. Como puede entenderse, los versos de un poema se acercan más al lenguaje de un tratado científico que los números ideales del pitagorismos. Salvando estos inconvenientes, pitagóricos y eleatas merecen un elogio pese a las tonterías que los positivitas escriben sobre los griegos en general, y los primeros filósofos en especial.
Pitágoras y Parménides (filosofía itálica y Elea) tienen el incalculable mérito científico de representar los dos únicos modos de elevar el materialismo jonio más allá del punto en el cual la ciencia no podía continuar sin dejar de ser un materialismo y una física. La idea clave es ésta: para cualquier filosofía, el proceso de análisis o reducción de una pluralidad a un primer principio resulta más sencillo que el proceso contrario de síntesis (de generación de la multiplicidad partiendo de aquel principio).
Pues bien, para los jonios el éxito de la reducción del mundo a agua, fuego, aire y tierra se vino abajo cuando después se plantearon cómo revertir el proceso hacia su sentido sintético: cómo generar desde de estos elementos la complejidad del cosmos. Si uno examina con cuidado la evolución de los jonios verá que la idea de arjé (de "un" principio) fue abandonándose a medida que se trató de revertir el principio hacia la "génesis", apelando primero a tesis pluralistas (Demócrito) , y en último término al nacimiento de causas finales: amor/odio de Empédocles. Y es que desde la "física" explicar, por ejemplo, el movimiento de los planetas partiendo del Fuego, o del Aire etc., se hizo imposible (Anaxágoras). Tomando este punto final de los jonios, es donde entra en juego Pitágoras y Parménides como su punto de partida.
Con Pitágoras por primera vez se abandona los principios sensibles y se da entrada a lo inteligible: los números, que pertenecen ya al pensamiento (en concreto, los números centra la ciencia en la categoría de la relación que es supra-sensible). Nada más que por esto: por elevar la filosofía de lo sensible a lo inteligible, Pitágoras tendrá siempre un lugar destacado en los orígenes de la ciencia.
Pero hay más: los números no solo ensayan una nueva vía de relación al Todo (distinta a la sensible de los jonios) sino que además ofrece un modelo para la síntesis más exitoso que la materialista: el modelo matemático, que nos ha llegado sublimado con la matemática de la Academia platónica: Eudoxo y Teeteto, de ahí que sea muy difícil reconstruir la física pitagórica separándola de la platónica (Timeo).
Pues bien, el enlace entre Pitágoras y Platón es Parménides, el cual representa una salida a las complejidades del pensamiento numérico-pitagórico. El problema principal es que, en puridad, los números carecen de "concepto" o de "forma", de manera que las atribuciones de cualidades que llevaron a cabo los pitagóricos consistió en la construcción de un sistema simbólico más basado en la mera intuición que en una fundamentción racional. Esta arbitrariedad de otorgar propiedades (cualidades o ideas) a los números con objetivos causales (números ideales), llevó al pitagorismo por los derroteros de la discordia entre los mismos miembros, al esoterismo de lo arbitrario y a su posterior disolución.
Y aquí entra Elea y Parménides, porque asumirá aquella estructura inteligible como soporte y unidad del mundo sensible (primigenia aspiración jonia) pero en base un nuevo asiento racional, distinto de los números: el logos, la palabra. El avance es claro porque verbalizando el sistema numérico, el simbolismo que atenazaba el pitagorismo quedará detrás ( y es que con el verbo, el pensamiento se mueve en "su propia casa": puede ya definir, explicar, razonar sin la mediación a un sistema de números-símbolos).
A partir de este estadio (Sócrates) la filosofía asumirá la tarea añadida de crear así su propio lenguaje conceptual sin renunciar a la viejas aspiraciones jonias, pitagórics y eleata: la génesis la filosofía misma también puede entenderse como todo este proceso de simbolización-dessimbolización, para darse a sí misma un nuevo lenguaje-signo.
En este punto, Aristóteles no tendrá igual: es quién se encargará n o sólo de depurar la tradición de todos estos elementos irracionales/simbólico que el pensamiento griego arrastra desde el mito hasta en mismo Platón, sino de crear las bases del lenguaje filosófico que domina occidente hasta hoy día (pues el primero de delimitar un concepto es también el primero en nombrarlo).