Hola a todos:
Pues de lo que va a hacer, supongo que pasará lo habitual: que al final sí se alía con Wal Street. Como le pasó a Obama, por ejemplo, que ni cerró Guantánamo. Es absurdo creer que no va a engañar a sus votantes. Otra cosa es que lo haga con un estilo diferente. Y que el estilo no tenga consecuencias.
El lunes estuve viendo una estupenda película: El candidato, protagonizada por Robert Redford. El encantador, sincero, generoso, preocupado por los desafortunados y valiente candidato, que se rebela contra las argucias de su equipo de campaña, muda el semblante cuando consigue contra pronóstico salir elegido. Tras unos cuantos líos, consigue quedarse a solas con el jefe de su equipo de campaña, y le espeta la pregunta que le atormentaba: "¿Y ahora qué hacemos?". Porque no tiene verdadero poder para hacer aquello que decía en sus discursos. Lo que nos lleva a hablar del verdadero poder de la democracia, y de las fuerzas que se mueven debajo de la superficie, que son la mano que mece la cuna. Y de la ceguera de esas fuerzas, incapaces de salir de lógicas que tenían sentido cuando todavía no éramos los amos de la naturaleza.
Nada, chicos: el siglo que viene el pomposamente autodenominado Homo sapiens se extingue... y tan tarde solo si hay bastante suerte. La última vez que hubo una crisis comparable a ésta, nuestra capacidad destructiva estaba afortunadamente en pañales. Nada más que 60.000.000 muertos. Una minucia.
Ahora que te veo, Germán: Trump va a ser tan malo. Lo que no hay que pensar es que Hillary, que tiene su importante parte de culpa en la desrregulación de la banca que llevó a la crisis actual, iba a ser mejor, porque para nada. Era elegir entre Guatemala y Guateigualmentemala.
Saludos.